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Jardines del Alma
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2 abril 2024

Las armas permiten la civilización.

Por Marko Kloos

Obituarios de Hoy

Las personas sólo poseen dos maneras de lidiar unas con otras: "por la razón y/o por la fuerza”. Sí usted quiere que haga algo para usted, usted tiene la opción de convencerme a través de argumentos o me obliga a someterme a su voluntad por la fuerza. Todas las interacciones humanas recaen en una de esas dos categorías, sin excepciones. Razón o fuerza, sólo eso. En una sociedad realmente moral y civilizada, las personas sólo interactúan por la persuasión.

La fuerza no debería ser un método válido de interacción social y la única cosa que quita la fuerza de la ecuación es un arma de fuego (de uso personal), por más paradojal que pueda parecer. Cuando tengo un arma, usted no puede dominarme por la Fuerza. Usted necesita utilizar la razón para tratar de persuadirme, porque tengo una manera de anular sus amenazas o uso de la fuerza.

El arma de fuego es el único instrumento que pone en pie de igualdad a una mujer de 50 Kg y un asaltante de 105 Kg; un jubilado de 75 años y un marginal de 19; y un solo individuo contra un coche lleno de borrachos con bastones de béisbol. El arma de fuego elimina la disparidad de fuerza física, tamaño o número entre los atacantes potenciales contra alguien que se defiende.

Hay muchas personas que consideran el arma de fuego como la causa del desequilibrio de fuerzas. Son esas personas que piensan que seríamos más civilizados si todas las armas de fuego fueran removidas de la sociedad, pero sin las armas de fuego el trabajo del criminal es más fácil. Esto, obviamente, sólo es cierto si la mayoría de las víctimas potenciales del asaltante están desarmadas, ya sea por opción, ya sea en virtud de leyes, eso no tiene validez si la mayoría de las víctimas potenciales están armadas.

Roque García
Roque García
Roque García

El que aboga por la prohibición de las armas de fuego opta automáticamente por el gobierno del joven, del fuerte y de las multitudes, y eso es exactamente lo opuesto de una sociedad civilizada. Un marginal, incluso armado, sólo logra ser exitoso en una sociedad donde el Estado le garantiza el monopolio de la fuerza. Existe también el argumento de que las armas de fuego transforman en enfrentamientos letales los que de otra manera sólo dejarían heridas. Este argumento es falaz en diversos aspectos. Sin armas, los enfrentamientos son siempre vencidos por los físicamente superiores, infligiendo heridas muy serias sobre los vencidos. El que piensa que los puños, bastones, palos y piedras no constituyen fuerza letal, están viendo mucha TV, donde las personas son golpeadas y sufren como máximo un pequeño corte en el labio. El hecho de que las armas aumentan la letalidad de los enfrentamientos sólo funciona en favor del defensor más débil, no del atacante más fuerte. Si ambos están armados, el campo se nivela.

El arma de fuego es el único instrumento que es igualmente letal en manos de un octogenario como de un halterofilista. Simplemente no funcionarían como ecualizador de fuerzas si no son igualmente letales y fácilmente empleables. Cuando porto un arma, yo no lo hago porque estoy buscando problemas, sino por qué quiero estar tranquilo. El arma en mi cintura significa que no puedo ser forzado, sólo persuadido. No tengo arma porque tengo miedo, sino porque me permite no tener miedo.

Ella no limita las acciones de aquellos que iban a interactuar conmigo por la razón, solamente de aquellos que pretenden hacerlo por la fuerza. Se quita la fuerza de la ecuación. Y es por eso que portar un arma es un acto civilizado.

Fuente: www.markokloos.com


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